Anécdota de clientes

Juan y Alma están interesados en comprar una propiedad. Juan quiere comprar un departamento en el centro de la ciudad, mientras Alma desea una casa de campo en la periferia.

“Entonces, ¿qué te parece?” Le preguntó Juan a su mujer Alma mientras salían de la inmobiliaria. Acababan de ver un hermoso apartamento en el centro de la ciudad que él estaba interesado en comprar.

Alma se quedó pensando un momento. “No sé”, dijo finalmente. “Es muy caro y está muy cerca de la ciudad”

Juan frunció el ceño. No quería vivir demasiado lejos del trabajo, pero tampoco quería estar apretado en un apartamento. “¿Y la casa que vimos ayer en las afueras de la ciudad?”, preguntó.

Alma se animó al mencionar la casa. Era perfecta para ella: era lo suficientemente grande para su familia y estaba situada en un barrio tranquilo con mucho espacio para que sus hijos corrieran. “Vamos a verla otra vez”, dijo emocionada.

Juan y Alma pasaron el resto del día mirando casas. Encontraron algunas que les gustaron, pero ninguna que les pareciera “la definitiva” Cuando el sol empezó a ponerse, decidieron dar por terminado el día.

“Encontraremos algo”, dijo Alma animada mientras volvían a casa.

Al día siguiente, mientras Juan iba camino al trabajo, vió un anuncio en donde se ofertaba una casa en la zona centro de la ciudad a un excelente precio. Llamó a Alma y se lo contó.

“¡Es perfecto!”, exclamó ella. “Voy a echarle un vistazo ahora mismo”

Alma fue a la casa y se enamoró de ella inmediatamente. Era justo lo que buscaba: el tamaño perfecto, en una buena ubicación y a un precio asequible. Llamó a Juan y le dijo que viniera a verla.

“Es ésta”, dijo él nada más ver la casa. “Nos la quedamos”

Y así lo hicieron. Juan y Alma eran por fin propietarios, y no podían estar más contentos. Gracias a su paciencia y perseverancia, habían encontrado la casa de sus sueños.

Agradecemos a Alma y Juan por darnos la oportunidad de hacer crecer su patrimonio con nosotros 💕